Julio en Agosto: un aprendizaje
Fueron tus cuentos los que me
enseñaron a leer concentrado, fue lo fantástico de tu obra lo que poco a poco
me ha ido enredado en las letras y he aprendido a escuchar la música en cada renglón,
no te miento si te digo que he soñado que estoy vomitando conejos, dibujando cronopios
o “jazziando” en un bar.
Como a no muy pocos me fue difícil
entrar a tus terrenos, aprendí a disfrutar cada página que me regalaste, la imaginación
fue nutrida con el cúmulo de signos con sabor a nicotina y café, leía imitando
tu acento tan argentino y tan francés; me llevaste del brazo a conocer París, visitando
las amplias galerías de Louvre, fotografiamos el “Pont du Carrousel” y el “Pont
des Arts” compramos las últimas novedades en “La Hune”, tomamos café en “Old
Navy” y nos fuimos fumando tabaco sin rumbo.
Julio, coincide mi nacimiento con
el tuyo, pero nos apartan setenta y un años, también la vida quizá la muerte.
Nos vemos en Montparnasse
No hay comentarios:
Publicar un comentario